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Medir huella hídrica permitiría al Agro ahorrar 30% de Agua

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Instituto de Investigaciones Agropecuaria estableció la cantidad de agua que utiliza el sector en la producción de arándanos, uva pisquera, manzana, carne bovina y leche, entre otros.

Para producir un solo kilo de carne bovina se necesitan actualmente casi 28 mil litros de agua. Si se considera que al año se producen en Chile alrededor de 197 mil toneladas de este producto, el consumo del recurso hídrico, únicamente en este sector, alcanza para llenar más de dos millones de piscinas olímpicas. Una cifra exorbitante, considerando la cada vez más creciente escasez hídrica en nuestro país.

En ese contexto, el Instituto de Investigaciones Agropecuaria (INIA) elaboró el estudio “Determinación de la huella del agua y estrategias de manejo de recursos hídricos”, con el fin de medir la cantidad de agua que utilizan en su cultivo los 20 productos agropecuarios chilenos más importantes, por su incidencia económica: uva de mesa, uva pisquera, palta, oliva, cítricos, cereza, arándano, durazno conservero, ciruela, kiwi, manzana, remolacha, tomate de consumo fresco, tomate industrial, maíz, arroz, leche, carne ovina y carne bovina.

La investigación identificó los principales componentes que aportan a la huella hídrica de la producción de un kilo o litro de un producto, y estableció que implementar medidas de adaptación tendientes a racionalizar el uso del agua en el sector, puede ayudar a reducir hasta en un 30% el consumo de este recurso, asegura Carlos Ovalle, coordinador del Programa Nacional de Sustentabilidad y Medio Ambiente del INIA y miembro del comité creador del estudio.

De acuerdo con el experto, “el informe determinó el impacto que tiene la agricultura sobre los recursos hídricos del país, dependiendo de la zona geográfica donde se calculó la huella de agua de cada producto”. Y detalla que a partir de estos datos, la idea ahora es focalizar los esfuerzos en cómo usar eficientemente el agua, por ejemplo, “en cultivos de exportación que tienen altos precios, pero que se producen en valles con recursos limitados”.

El informe también concluyó que medir la huella hídrica y aplicar tecnologías de sistemas de riego controlados permite que la industria ahorre entre 40% y 80% del agua que se destina a estos propósitos.

Ovalle añade que los más “atrasados” en este aspecto son los sistemas de riego superficial que se utilizan en la fruticultura, sobre todo en el norte del país. Por ello, afirma que resulta primordial fortalecer las líneas de investigación para incrementar el uso responsable de este recurso, manteniendo la misma calidad de los productos agropecuarios.

“Lo importante es mantener la productividad a los niveles actuales y ahorrar un buen porcentaje del agua que se está utilizando y que hoy es escasa. Lo que se busca es producir la misma cantidad sin dañar la calidad de los productos”, comenta.

Más competitividad

Otro aporte de la medición de la huella hídrica, es determinar la influencia que puede tener en los mercados internacionales la compra de productos que son desarrollados utilizando el agua responsablemente, dice Ovalle.

“Hoy los consumidores quieren productos que tengan bajo impacto ambiental. Si yo le digo a un japonés que para producir un kilo de uva estamos gastando en Chile 300 litros de agua, él pensará si comprarla o no”, sostiene el experto, quien recalca la necesidad de disminuir el consumo de este recurso para, de paso, aumentar la competitividad del sector agropecuario a nivel internacional.

Índice ayudaría a dar valor agregado a las exportaciones

«Si las industrias exportadoras chilenas realizan una adecuada medición de la huella hídrica considerando las características de los productos ofertados, de los procesos industriales utilizados y de las características de suelo y clima de la zona de producción, se podría desarrollar un valor agregado que podría favorecer nuestra oferta por sobre la de otros mercados en los que no se considere el uso eficiente y responsable del recurso hídrico», sostiene Paula Moreno, jefa del Subdepartamento de Comercio Sustentable de ProChile.

De acuerdo con la experta, aunque actualmente no es obligación medir ni rotular un producto con su huella hídrica, de manera de asegurar su ingreso a otro país, sí es una medida que está internacionalmente en discusión y que podría ser utilizada estratégicamente para responder a las demandas de consumidores más sensibles a la problemática medioambiental, por lo cual se complementa muy bien con la huella de carbono.

«Esta situación se da prácticamente en mercados con consumidores más sofisticados, informados y con una cultura ambiental importante, como es el caso de los países europeos», dice Moreno, agregando que todas las industrias son candidatas a medir la cantidad de agua que emplean en sus procesos y buscar alternativas para hacer más eficiente su consumo.

por Alejandra Clavería
Fuente:www.df.cl/

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