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Puente Chacao, Visión de Estado
A través del puente se dará un paso inmenso en abordar la integración económica, social y geopolítica del sur, lo cual debe ser considerado como estratégico para el futuro de la nación.
En las regiones de Chile, la gente ya no se conforma con la posibilidad de decidir sobre asuntos que se circunscriben a la pavimentación de una calle, el alumbrado público de plazas o la contaminación de la ciudad. Lo que se pide y requiere es una participación más activa de los gobiernos regionales en la toma de decisiones, respecto de todo lo que afecte profundamente la vida de los ciudadanos, ya sea en educación, salud, vivienda o en la muy necesaria infraestructura para el desarrollo, entre otros.
En este contexto, el reciente anuncio de adjudicar la construcción del puente Chacao a un consorcio internacional con amplia experiencia en levantar viaductos colgantes, representa un anhelo largamente esperado por los habitantes de Chiloé, de la Región de Los Lagos y del sur austral, pues asegura la continuidad territorial de una vasta zona de Chile y mejora la conectividad para la compleja geografía que se extiende al sur de Puerto Montt. Pero no sólo se estaría escuchando a los ciudadanos de esta región, sino que a través del puente se dará un paso inmenso en abordar la integración económica, social y geopolítica del sur, lo cual debe ser considerado como estratégico para el futuro de la nación.
Muchas cosas han cambiado desde que el puente Chacao fuera desechado siete años atrás. Anteriormente, Mideplan usaba una tasa de descuento para medir el costo del capital social de 12,9%, mientras que ahora es de sólo 6%. Por otra parte, si en 2006 la empresa concesionaria del puente debía conseguir financiamiento privado, esta vez será el Fisco el que pondrá los recursos, pudiendo acceder al crédito -vía colocación de bonos, por ejemplo-, a una tasa de interés de, aproximadamente, 3,9% anual. Por último, cabe mencionar que una reingeniería de diseño y costos permite al gobierno dar luz verde a la adjudicación del proyecto por un total de $ 360 mil millones, monto que está por debajo del techo establecido en las bases de la licitación.
Pero más allá de las formalidades y el tipo de puente que se construya, se trata de una obra fundamental para el desarrollo de Chile, que debe ser mirada con una visión de Estado, pues permite incorporar Chiloé al territorio continental, donde la Ruta 5 Sur llegará de manera expedita y sin interrupciones, hasta Quellón. Y desde ahí al sur hay emprendimientos acuícolas, turísticos, agrícolas e industriales que se verán beneficiados con una mejor conectividad. A partir del 2019, cuando estarán terminadas las obras, este puente chilote adquirirá una gran preponderancia para los viajes de las personas y mercaderías provenientes del sur austral, las que podrán utilizarlo como una verdadera prolongación del territorio continental chileno.
Al incorporar plenamente a Chiloé con el resto del país, el puente permitirá potenciar los inmensos atractivos turísticos que ofrece la isla, para lo cual será necesario que los gobiernos locales planifiquen con la debida anticipación las obras complementarias orientadas a mejorar calles, estacionamientos y todo lo que se requiere para recibir un mayor flujo vehicular. En suma, Chiloé tiene que comenzar a pensar desde ya en los modos y formas en que sus habitantes deberán adaptarse a esta nueva realidad.
por por José Miguel Serrano
Fuente: diariolatercera
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