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NECESITAMOS UNA MINERÍA VIRTUOSA, SOSTENIBLE E INCLUSIVA

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El ex Presidente de la República, Ricardo Lagos, afirma a Ingenieros del Cobre & Minería que en un contexto en que el cobre puede prontamente dejar de ser un commodity debido a exigencias relacionadas con su huella de carbono, es urgente generar una visión de Estado para una minería virtuosa, sustentable e inclusiva.

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Recientemente el ex Presidente de la República, Ricardo Lagos, hizo noticia al ser parte de un selecto grupo de trabajo que elaboró un informe transversal acerca del futuro de la minería en el país. El documento Minería y Desarrollo Sostenible de Chile: Hacia una Visión Compartida, entregado recientemente a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, y a la ministra de Minería, Aurora Williams, nace según sus autores porque “Chile requiere de una visión sobre su minería, que sea compartida por todos los actores interesados, para que promueva en forma más efectiva el desarrollo sostenible del país”.

Ricardo Lagos destaca el carácter colectivo de este informe. “En mi caso en particular me esforcé por mirar la historia económica de Chile. La historia económica de Chile es la historia de la minería en la que hemos logrado; a veces inteligentes, otras veces no muy inteligentes; aprovechar el recurso minero. En la minería del siglo XIX, desde 1832 con Chañarcillo vivimos de la plata, después hubo un periodo breve en que emergió el cobre y que fue rápidamente opacado por el salitre. Y con el salitre no encontramos nada mejor que ponerle un impuesto de 20% de la exportación para el Gobierno, y sobre esa base decidimos olvidarnos de los impuestos que venían de la Colonia, el sistema tributario chileno se acabó y nos dedicamos a vivir felices de la vida del 20% de las exportaciones de salitre. Esto hasta que los amigos alemanes descubrieron el salitre sintético. Después, para poner el broche de oro, con la depresión del año 30, el gobierno más bien de derecha del Presidente Alessandri en su segunda presidencia, hubo de crear la Corporación de Venta de Salitre y Yodo, una empresa estatal y ahí terminó el salitre. Por suerte ya había comenzado en 1906 la explotación de El Teniente, con ella venía entonces la Gran Minería del Cobre, y ahí estamos todavía”, relata.

El actual presidente de la Fundación Democracia y Desarrollo destaca que tras el salitre no quedó nada más que recuerdos pero asegura que “hemos aprendido la lección”, aunque falta una necesaria visión compartida que sea capaz de trascender ciclos económicos y periodos de Gobierno. En conversación exclusiva con Revista Ingenieros del Cobre & Minería, el destacado líder de opinión analiza la situación actual de la minería, sus desafíos y sus visiones para esta actividad y su rol en el desarrollo del país en el tiempo.

– ¿Qué lo motivó para participar en este grupo de trabajo y hacer este documento?
En el trasfondo es la historia, que a ratos como que se nos olvida en Chile, y también los hechos nuevos que ocurren, que son aún más graves, la judicialización de los procesos cuando usted quiere iniciar una actividad minera, los cambios que ha habido desde el punto de vista de que una actividad bien hecha tiene que ser una actividad minera sustentable, el tema de la minería verde que está ahí para quedarse y la sustentabilidad tiene que ver también con; algo que no está dicho con esta claridad en el documento; un cambio de paradigma para entender el funcionamiento de la economía. En el futuro se podrá decir: “usted ingresó por habitante U$20 dólares, perfecto, pero dígame señor, ¿Cuánto emite por persona en materia de gases de efecto invernadero?”. Ese va a ser el test del nivel de civilización de una sociedad, y entonces el cobre dejará de ser un commodity, habrá un precio muy alto para el que emite pocos gases de efecto invernadero, y un precio más bajo para los que emiten más, eso lo doy por escrito.

– ¿Qué rol debiese jugar al respecto el Estado?
Para el Estado no puede ser indiferente la tecnología que una empresa usa para producir. Al Estado de Chile no puede serle indiferente que la tecnología de generación eléctrica que se use sea más intensiva en gases de efecto invernadero. Ese tema no está en la discusión hoy día, pero está a la vuelta de la esquina… a la vuelta de la esquina. Una explotación minera sustentable no es para ser verde y no es para estar a la moda, y tampoco lo digo para adelantarme, porque el futuro es hoy, esta es la visión de hoy.

Tenemos una visión compartida sobre la importancia del cobre, pero queremos que la explotación del cobre y de otros minerales en Chile sea una explotación virtuosa, porque esa es nuestra riqueza; sustentable, porque no es cuestión de sacar más cobre y venderlo; y que sea parte de una explotación minera inclusiva, es decir, que haya una creación de valor en la explotación del mineral que se comparta de una manera adecuada con las comunidades donde ese recurso está enclavado.

– ¿Está de acuerdo con la afirmación de que somos más bien un país con minería, pero no somos un país con conciencia minera?
No, el problema es otro, no es que no tenemos conciencia. Lo que ocurre es que la población ocupada en la actividad minera es más bien pequeña en comparación al aporte que hay. Pero hoy día por cada trabajador en minería hay una inversión de cuánto, 1 ó 2 millones de dólares. ¿Qué actividad en la economía chilena por cada trabajador invierte US$2 millones? -Ninguna.

– ¿Estamos muy lejos de los países que exportan servicios asociados a la minería y no solamente commodities?
Durante la elaboración del documento revisamos el tema de los encadenamientos, porque aquí se dice que exportamos commodities, pero respecto de los encadenamientos hacia atrás, resulta que prácticamente todos los estudios de ingeniería para las actividades mineras en América Latina se hacen acá en Chile, ese es un tremendo capital que hay en el país. Uno de los participantes del grupo de trabajo tiene su empresa proveedora de la minería en Antofagasta y el 70% de lo que produce lo exporta. Ciertamente podemos hacer más, pero ya no estamos sólo exportando commodities.

– ¿Cómo logramos avanzar para acercarnos a lo que están haciendo países como Canadá, Suecia, Noruega o Australia que exportan tecnología y conocimiento para la minería?
Ellos han definido una estrategia para su industria minera, han establecido principios orientadores y están todos de acuerdo con estos, entonces yo digo ¿podemos nosotros hacer algo parecido?, alguien una vez me dijo: sí, pero para eso tienes que ser escandinavo. Yo creo que cuando hicimos este trabajo buscamos puntos de acuerdo para generar una visión compartida y podemos tener discrepancias, pero cuando los principios en los que concordamos los queramos implementar, y en buena hora, porque para eso hay un proceso democrático.

– ¿Cuál ha sido la recepción que ha tenido este documento?
Cuando terminamos el documento se lo llevamos a la Presidenta de la República, le pareció muy interesante y les ha dado instrucciones a los ministros para seguir avanzando. Tuvimos reunión con la ministra de Minería, con el vicepresidente de Corfo, que señaló que él tenía vivo interés en el tema del cluster minero. Tuvimos acá en la Fundación una reunión a la que asistieron más de 30 de las personas que más saben de minería en Chile que están en los distintos think tank de las más diversas instituciones, también aquellas ligadas a diferentes sectores políticos. Lo que se intenta es hacer un gran debate, que este documento sea el punto de partida y de esa manera se da un insumo muy importante para que el Gobierno pueda invitar a todos y decir “bueno, ahora tenemos material suficiente como para definir un documento como el que tienen los escandinavos, digamos que sí somos capaces de hacerlo”, a eso me refiero. Tiene que haber una política de largo plazo que nos ordene, no puede ser que cada cuatro años vayamos a estar discutiendo qué es lo que hacemos con la minería, podemos tener discusiones en la coyuntura, pero en el cómo capitalizamos y qué es lo que hacemos, eso me parece muy importante.

– Y, a su juicio ¿Cómo podemos capitalizar esta riqueza para que los recursos naturales sean finalmente una oportunidad de desarrollo de largo plazo y no nos vuelva a ocurrir lo que pasó con el salitre?
Creo que respecto a la minería hay que tener ideas claras, primero hay un potencial de reservas y un desarrollo de la minería claro y de clase mundial, pero por favor no me gustaría que los recursos de la minería fueran a financiar gastos corrientes, porque cuando se acaben los recursos de la minería ¿cómo financiamos el gasto de corriente? Me gustaría, y eso fue lo que intentamos cuando aplicamos el royalty, que el royalty se destine a la creación de ciencia, tecnología e innovación, de manera que cuando se acabe la minería tengamos los productos, tengamos las patentes, tengamos productos de innovación. El cobre que producimos hoy tiene que generar actividades que vayan en beneficio de nuestros nietos y bisnietos, es decir debemos ser capaces de proyectarnos en el tiempo, como lo han hecho los amigos escandinavos, que ya prácticamente no producen cobre pero nos venden toda la maquinaria.

– Parece ser que esta carencia de visiones compartidas y de largo plazo en Chile es un mal extendido en el país…
Claro, porque a ratos la ideología es más fuerte, no es elegante estar hoy día hablando de picking the winners, verdad, eligiendo quiénes son las industrias del futuro, eso no es lo que diría la teoría convencional, pero lo malo es que las teorías son también modas. Por ejemplo, hablar de política de industrialización es fea palabra, pero lo que yo sé es que lo que ha hecho Corea, que todo el mundo mira lo que ha hecho Corea, no es más que eso. Pero en fin, no quiero entrar en ese debate, lo que quiero decir es que creo muy importante tener lineamientos orientadores claros acerca de hacia dónde queremos llevar al país en un mediano y largo plazo, Chile lo hemos construido así.

El Presidente Manuel Montt, decidió que tenía que haber un ferrocarril que fuera hacia el sur y cuando terminó su periodo, diez años más tarde, el ferrocarril llegaba hasta San Bernardo. Y después cambió el Gobierno y el proyecto del ferrocarril seguía para el sur. Hubo una guerra con España, luego la guerra con Perú y Bolivia, pero aún con esos eventos de por medio el ferrocarril seguía para el sur, y así se llegó a Collipulli. Se tuvo que hacer un gran viaducto, llegamos a Temuco durante el Gobierno del Presidente Balmaceda y después terminamos en Puerto Montt en 1915, con guerra civil de por medio y con Balmaceda muerto. Pero lo que quiero decir con esto es que con todo lo que pasó entre 1855 y 1915, el ferrocarril se construyó porque había una política de Estado.

– En el documento se menciona a Codelco ¿Cuál es su opinión del rol de esta empresa en esta visión de país para la minería y el desarrollo del país?
Hay un párrafo en particular sobre Codelco, y no se trata de que en un documento así vayamos a pronunciarnos sobre los temas de la coyuntura que tiene hoy día Codelco, pero sí corresponde decir cómo esta empresa tiene que seguir cumpliendo el rol de un importante proveedor de lo que son las actividades mineras en el país y de lo que son los recursos fiscales. También digámoslo francamente, la minería tiene un importante rol desde el punto de vista de los recursos fiscales en Chile, tanto desde Codelco por la contribución que hace, como desde la minería privada.

– Recientemente trascendió que el Gobierno promovería una fórmula de capitalización parcial de Codelco hasta 2018, ¿Cuál es su visión al respecto?
Me parece que es indispensable que una empresa del tamaño y rol estratégico que tiene Codelco para Chile pueda tener un planteamiento de capitalización de más largo plazo que el año 2018. En el mundo moderno las inversiones se programan con mucha anticipación y concretarlas tiene un largo desarrollo, por lo tanto creo que es indispensable que se pueda ir más allá de lo que dura un mandato presidencial y me habría gustado, y creo que todavía es posible, tomar decisiones en el sentido de apuntar más allá. El hecho de que la asignación de recursos vaya a estar determinada fundamentalmente por los ciclos económicos propios del Gobierno de turno hace muy difícil un manejo del largo plazo y por ello creo que en este caso sería necesario mirar más allá del año 2018.

– ¿Está respondiendo adecuadamente el gobierno corporativo de Codelco a las exigencias que la empresa tiene actualmente?
En la práctica es muy difícil un gobierno corporativo cuando hay un solo dueño, y ese dueño a veces le pide recursos a Codelco si tiene necesidades urgentes de caja.

– ¿Cuál es su visión acerca del rol de las regiones mineras para lograr mayor participación de los beneficios que reporta la minería?
Hay dos elementos acá, uno el tema más allá de la descentralización y la no descentralización del país, y cómo usted genera elementos más adecuados para una política más descentralizada, no obstante que Chile es una república unitaria. Ahora, dicho esto, es evidente que tiene que haber también una capacidad en la región donde están enclavados los recursos de compartir el valor de lo que se está creando, esa fue la idea, por ejemplo, de poner centros de innovación. Todo esto es algo que se tiene que compatibilizar, entendiendo que probablemente las regiones mineras van a tener un desarrollo mayor, se tiene que buscar el equilibrio entre las distintas regiones, no puede ser que una región que no tiene minería tenga desniveles demasiados grandes. No estaríamos de acuerdo en Chile con tan poca solidaridad.

– ¿Está el país hoy en condiciones de ponerse de acuerdo en temas de futuro y retomar esta tendencia histórica de contar con visiones de Estado más allá de los ciclos políticos y económicos?
Este esfuerzo de definir y concordar con todos los chilenos una política en materia minera, una política en materia energética, una política en infraestructura, se ha vuelto complejo.

El concepto de política de Estado no existe ya. Cómo voy a suponer yo que estando listo para licitar Vespucio el que llegue diga tengo una idea mejor lo vamos hacer una autopista por arriba como la que está entre Puente Alto y Grecia, porque es más barata. ¿Va a poder pasar una autopista de Vespucio por arriba de los jardines que hay en Vitacura? -La ciudadanía le va a decir que no, entonces el túnel minero tiene que hacerlo.

El Transantiago… la base del Transantiago es el Metro, lo menos que usted puede hacer es de 10 a 15 kilómetros de Metro por año, que cuestan entre 1.000 y US$1.200 millones, entonces usted en 20 años va a tener resuelto el transporte de Santiago a través del Metro, porque el sistema de los buses y los corredores, eso es mientras tanto. Pero que no me diga el Ministro de Hacienda: ‘Perdóneme, pero un kilómetro de Metro vale US$50 millones y un kilómetro de vía segregada vale 1 millón y medio’. Bueno claro, yo entiendo, pero esa no es la respuesta que una ciudad espera.

Le digo otra cosa, ¿Sabe cuál era el PIB de Chile en el año 90? -En pesos de hoy más o menos debe haber sido unos 60 o US$70 mil millones. ¿Sabe cuánto es hoy el presupuesto de Chile? – US$60 mil millones. O sea hoy el presupuesto de Chile es el equivalente al PIB de Chile de hace 25 años atrás. Entonces me tinca que lo que hoy día se puede hacer, es mucho más que de lo que se podía hacer hace 25 años. En ese sentido es indispensable una política de Estado que tome en consideración que desde el Gobierno se tiene mayores grados de libertad, porque el país está creciendo.

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El objetivo marcado por la UE para evitar el declive de los polinizadores no es suficiente, advierte estudio.

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Un nuevo estudio internacional muestra que los objetivos marcados por la Unión Europea (UE) para evitar la desaparición de los polinizadores no bastan para detener la pérdida de estos insectos, que son claves, no solo en mantener la biodiversidad, sino también en sostener la producción agrícola.


El trabajo, que aparece publicado en la revista Science y que ha contado con la participación de grupos de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC), insta a aumentar la extensión de los hábitats naturales dentro de la superficie agraria, así como garantizar su calidad y permanencia a largo plazo.

La Estrategia de la Biodiversidad de la UE indica que, para proporcionar espacio a los animales y plantas silvestres, a los polinizadores y a los reguladores naturales de plagas, “urge que al menos el 10 % de la superficie agraria vuelva a estar ocupada antes de 2030 por elementos paisajísticos de gran diversidad”.

Aquí se incluyen, entre otros, las franjas de protección, las tierras retiradas de la producción sobre la base o no de la rotación, los setos, los árboles no productivos, los muros de terraza y los estanques.

Este compromiso del 10 %, según el equipo investigador, no es suficiente para garantizar la supervivencia de los polinizadores. Para llegar a estas conclusiones, el equipo científico examinó cómo el área y la calidad de los hábitats naturales influyen en las poblaciones de distintos polinizadores.

El estudio, basado en 59 investigaciones en 19 países, muestra que las abejas solitarias necesitan un 16 % de hábitat natural en zonas agrícolas, los abejorros un 18 % y las mariposas un 37 % para lograr una protección efectiva.

El estudio confirma una regla sencilla: cuanto más hábitat natural hay en zonas agrícolas, mayor es la presencia de polinizadores. Los resultados revelaron también que los hábitats con mayor abundancia de plantas con flores también albergan más polinizadores de todos los grupos.

Imagen de Photorama en Pixabay

Sin embargo, la calidad del hábitat no siempre compensa la falta de espacio disponible. “Hemos visto que, aunque la calidad de estas áreas sea alta, si no se alcanza el mínimo de hábitat natural resulta imposible mantener poblaciones de polinizadores sanas”, explica Ignasi Bartomeus, investigador del CSIC en la EBD-CSIC.

En este sentido, el equipo científico insiste en que lo esencial es ampliar primero la extensión de los hábitats naturales. “Es mejor concentrarse primero en aumentar el área de los hábitats naturales, en lugar de gestionar pequeños hábitats, incluso cuando tienen muchas flores”, afirma Gabriella Bishop, primera autora del estudio e investigadora de la Universidad de Wageningen.

Calidad y permanencia de los hábitats

El trabajo también advierte de que aumentar significativamente la extensión de los hábitats naturales no basta si no se asegura la calidad y permanencia de los nuevos hábitats a largo plazo.

La conservación de polinizadores en Europa se centra en gran medida en medidas temporales en pequeñas áreas de tierras productivas, como la creación de franjas de flores silvestres junto a los cultivos. Investigaciones anteriores han demostrado que esto sí genera un aumento temporal de insectos y polinizadores, pero no ofrecen una solución duradera.

“Hay cultivos, como muchos frutales, en los que conservar la biodiversidad dentro de las fincas es compatible con una alta producción agrícola, pero en otros cultivos más intensivos, como el girasol, se necesitan compensaciones económicas por destinar tierras cultivables a mantener la biodiversidad”, explica Bartomeus.

De ahí que el equipo científico insista en la necesidad de mecanismos de apoyo estables para el sector agrícola. José Luis González Andújar, del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC) y también firmante del artículo, señala que “para que se produzca una transformación real, es necesario reconocer económicamente a los agricultores que destinen parte de sus tierras a generar y conservar espacios naturales. Este esfuerzo debe mantenerse durante, al menos, dos décadas; de lo contrario, la falta de estabilidad generaría inseguridad en el sector agrícola y los polinizadores apenas obtendrían ventajas”.

“Hacer una transición a una agricultura más sostenible requiere pensar qué paisajes queremos tener, y eso involucra tener en cuenta tanto la parte ecológica, económica y social del paisaje”, concluye el investigador de la EBD-CSIC Ignasi Bartomeus.

La investigación se ha realizado en el marco del proyecto europeo SHOWCASE, financiado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, que busca crear sinergias para integrar la conservación de la biodiversidad en las prácticas agrícolas.

Referencia:

Gabriella A. Bishop, David Kleijn, Matthias Albrecht, Ignasi Bartomeus et al. «Critical habitat thresholds for effective pollinator conservation in agricultural landscapes». Science.

 



Fuente/CSIC/ SINC/Derechos: Creative Commons.
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¿Hemos superado realmente el umbral de 1,5 °C de calentamiento marcado por el Acuerdo de París?

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El informe sobre el estado del clima de 2024 de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que la temperatura media anual global en 2024 fue 1,55 °C superior al promedio del periodo 1850-1900, que se toma como referencia para medir el calentamiento del planeta.


La temperatura media global superó los 1,5 °C brevemente durante un mes o más en 2016, 2017, 2019, 2020 y 2023. Sin embargo, el año pasado fue el más cálido en los 175 de los que se tienen registro. ¿Pero significa todo esto que ya hemos sobrepasado los 1,5 ºC que establece como umbral el Acuerdo de París?

Las ambigüedades del Acuerdo de París

El Acuerdo de París, aprobado en la conferencia sobre cambio climático de la ONU de 2015 (la COP21), hace ya más de diez años, determina que se debe “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático”.

Se trata de un acuerdo político-diplomático entre los países que han ratificado la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

No obstante, su redacción contiene ambigüedades y genera dos preguntas fundamentales:

  • ¿Qué significa “respecto a los niveles preindustriales”? Pues este período define la temperatura base de referencia para poder delimitar sus incrementos, sus variaciones, sin ambigüedad.
  • ¿Cuándo se considerará que la temperatura ha superado los 1,5 ºC de aumento? Es decir, ¿durante cuánto tiempo debe sobrepasarse ese umbral?
Gráfica que muestra un aumento de la temperatura entre 1850 y 2024
 
Anomalías anuales de la temperatura media mundial en relación con los niveles preindustriales (1850-1900) desde 1850 hasta 2024. Datos de las fuentes que indica la leyenda/Estado Global del Clima 2024, CC BY-SA

¿Qué se considera “periodo preindustrial”?

El nivel preindustrial se refiere a la temperatura media global antes de la Revolución Industrial, que se utiliza como referencia para los efectos del calentamiento global. El CMNUCC encargó al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que definiera qué se consideraría como niveles preindustriales: la respuesta fue el Informe Especial sobre Calentamiento Global de 1,5 °C.

El periodo escogido fue del año 1850 al 1900, cincuenta años. Su selección se debe a que representa el tiempo durante el que se dispone de observaciones con suficiente calidad de las temperaturas superficiales de la tierra y el océano, lo que permite una comparación precisa. Además, la temperatura del aire global fue relativamente estable, con una media aproximada de 13.84 °C.

Con una influencia humana en el clima todavía relativamente pequeña antes del uso progresivo e intensivo de los combustibles fósiles, se consideró como una buena referencia para poder valorar el efecto de las actividades humanas.

Este período aumenta en 20 años el período clásico de 30 años definido por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que resulta de los datos promediados y denominados normales climatológicas estándar de la OMM, que habían sido definidos ya en el año 1872.

Un aumento de la temperatura sostenido durante 20 años

Lo cierto es que todavía no podemos afirmar que hemos superado el umbral de los 1,5 °C tal y como establece el Acuerdo de París.

Las temperaturas globales no aumentan de forma gradual. Debemos considerar la diferencia entre la variabilidad natural del clima –por los fenómenos de El Niño y por la actividad volcánica– y la variabilidad que define su tendencia en el tiempo –el actual proceso de calentamiento–. El sistema climático oscila en diferentes escalas de tiempo con frecuencias temporales a corto y largo plazo.

Imagen-de-Gerd-Altmann-en-Pixabay.

Por tanto, la cifra de 1,5 °C se refiere a un calentamiento planetario promedio sostenido, no solo al valor de un solo año, que por sí solo podría ser anómalamente más cálido o más frío que el promedio a largo plazo. Pero ¿por cuánto tiempo debe mantenerse ese aumento de la temperatura para considerarlo una tendencia?

La Segunda Revisión Periódica del objetivo global a largo plazo de la Convención aclaró que “el objetivo se evalúa a lo largo de décadas” (COP22 de Sharm el-Sheikh, Egipto, en 2022). El IPCC, en su informe sobre las bases físicas del cambio climático, define el momento de superación como “el punto medio del primer período de 20 años en el que la temperatura global del aire en superficie promedia más que la temperatura umbral”. El uso de este promedio ayuda a garantizar que las tendencias del calentamiento se deban a la intervención humana y no a variaciones naturales.

Así, habrá que esperar 20 años para confirmar si superar el umbral de 1,5 °C se mantiene como una tendencia. La humanidad solo sabrá con certeza si hemos alcanzado el límite del Acuerdo de París en retrospectiva. Lo que implica el riesgo de retrasar su reconocimiento y la correspondiente reacción.

Hace falta consenso.

El calentamiento se está acelerando. En el informe de 2021 del IPCC se indicaba, en casi todos los escenarios de emisiones, un alcance de los 1,5 °C “a principios de la década de 2030”. Y, el reciente informe de la OMM Actualización Climática Anual Decenal Global 2025-2029  indica que es probable (con un 70 % de probabilidad) que la media quinquenal de 2025-2029 supere los 1,5 °C.

Abordar la cuestión de cuándo entraremos en un período de 20 años con un calentamiento promedio de 1,5 °C no es, por lo tanto, solo un ejercicio de seguimiento del registro de temperatura global. Tiene una relevancia fundamental para la gestión de riesgos climáticos y la planificación de la adaptación.

Evaluar el aumento de la temperatura media global utilizando el calentamiento promedio de las últimas décadas retrasará el reconocimiento formal de cuándo la Tierra supera el límite de 1,5 °C. Esto probablemente genere distracciones y retrasos justo cuando la acción climática es más urgente.

Se necesita definir y acordar una métrica única y consensuada que describa claramente la superación del umbral de 1,5 °C –ya existen algunas alternativas– y anticipar los acontecimientos que lo precederán. Los impactos asociados serán graves. Tal aumento podría parecer una realidad lejana, pero podríamos estar alcanzándolo antes de lo que imaginamos de acuerdo a las observaciones ya disponibles.

La ocurrencia del primer año con un calentamiento de 1,5 °C implicaría que el período de 20 años que alcanza el objetivo inferior del Acuerdo de París ya ha comenzado y que los impactos esperados con este nivel de calentamiento ya se están manifestando.

 




Fuente/The Conversation (Creative Commons)
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Nuevas reglas para fomentar la captura de carbono y alcanzar el objetivo de cero emisiones

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El reto de combatir el cambio climático ha evidenciado la necesidad de promover diversas medidas para alcanzar la neutralidad climática, es decir, que las emisiones netas de gases de efecto invernadero sean cero.


En los últimos meses, tanto en España como en Europa se han aprobado distintas normativas encaminadas a fomentar la certificación de absorciones obtenidas a través de proyectos de captura de carbono en una amplia diversidad de ecosistemas. Esto ha abierto un arcoíris de colores para el carbono en función del lugar donde es capturado: verde en ecosistemas terrestres; azul en ecosistemas marinos; verdeazulado en humedales de agua dulce; púrpura a través de captura directa del aire o en industrias; y blanco y rosa según si es capturado en salinas o en ecosistemas de algas calcáreas.

Sin embargo, ¿qué requisitos deberían cumplir esos estándares de certificación que fomentan la venta de absorciones en el llamado mercado voluntario de carbono para ser realmente útiles y evitar el “ecopostureo? Este mercado voluntario permite a promotores privados y públicos compensar sus emisiones de dióxido de carbono (su huella de carbono) con la compra de créditos de carbono generados a través de proyectos de absorción certificados.

¿Cómo afrontamos el cambio climático?

La reducción drástica a nivel global en las emisiones de gases de efecto invernadero debe ser la principal medida si queremos mantener el incremento en la temperatura por debajo de los niveles fijados desde el Acuerdo de París. Aunque aún estamos lejos de dicho objetivo, Europa ha liderado en los últimos años el camino a través de diversas normativas dirigidas a lograr la neutralidad climática para el año 2050.

Imagen de GreenCardShow en Pixabay

Sin embargo, como advierten desde la Unión Europea y desde el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), para poder obtener cero emisiones netas de CO₂ será necesario incrementar de forma significativa las absorciones de CO₂ de la atmósfera en reservorios a largo plazo. El objetivo es contrarrestar tanto las emisiones difusas –aquellas liberadas a la atmósfera desde fuentes que no están concentradas en un solo punto, como chimeneas, sino que se dispersan en un área más amplia– como las residuales, que persisten incluso después de implementar las mejores tecnologías y prácticas disponibles para reducir la contaminación.

¿Cómo lograr la neutralidad climática?

Para lograrlo, cualquier empresa o administración pública debería poder medir su huella de carbono a través de protocolos estandarizados. Posteriormente, debería diseñar planes de reducción de dichas emisiones tanto a corto como a medio plazo.

Una vez reducidas al mínimo, el siguiente paso es compensar las mismas a través del fomento de actividades que conlleven una captura de gases de efecto invernadero a largo plazo. Estas suelen expresarse en forma de capturas en toneladas de CO₂-equivalente, tras la conversión del poder calorífico en la atmósfera de los distintos gases de efecto invernadero a unidades de CO₂.

A nivel europeo, la tipología de proyectos y actividades que se podían incluir dependía de la normativa de cada país, ya que, hasta la reciente aprobación del Reglamento (UE) 2024/3012, no existía un marco regulatorio común. Este documento recoge proyectos y actividades que mejoran el almacenamiento de CO₂ a largo plazo en depósitos geológicos, terrestres y marinos.

Integra, además, aquellas actividades que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, como las derivadas del cambio en el uso del suelo, gestión de turberas o mejoras en las prácticas agrícolas. También incluye actividades que fomenten la captura de CO₂ en productos con una vida larga.

Marco o estándar de certificación de absorciones de carbono

Para que cualquiera de estas actividades sea considerada, debe someterse a un marco de certificación o a un estándar que defina de forma clara su tipología. También debe determinar los actores que intervienen en el proceso, los plazos y documentación requeridos en los distintos procedimientos, las metodologías utilizadas para estimar  y verificar las capturas obtenidas, dónde quedarán registradas esas absorciones y cómo pueden utilizarse, etcétera.

Al fin y al cabo, un estándar no es más que un conjunto de reglas que pretende dar una garantía y seguridad jurídica tanto a quien promueve la actividad, como a quien adquiere esas absorciones para compensar sus emisiones. Además, también debe generar seguridad y confianza a los ciudadanos que toman decisiones en función de las políticas de responsabilidad ambiental de las empresas.

Entre los puntos más importantes que deben incorporar estos estándares destacan el establecimiento de los criterios que aseguren la adicionalidad de la actividad. Es decir, deben asegurar que el proyecto genera un incremento neto en capturas de carbono, que no se desarrolla por una obligación legal y que sin la financiación proveniente de los créditos de carbono generados no se llevaría a cabo el mismo.

Imagen de nosita en Pixabay

También es importante que definan claramente el periodo durante el cual las absorciones de CO₂ atmosférico son atribuibles al proyecto (periodo de crédito) y el tiempo en el que el promotor del proyecto se compromete a velar por la integridad de las absorciones de carbono capturadas (periodo de permanencia). Además, deben incluir las metodologías necesarias para llevar a cabo la verificación y certificación de las absorciones conseguidas, así como su seguimiento, y evitar la doble contabilidad de las absorciones certificadas.

Sin un establecimiento claro de estos aspectos podrían desarrollarse actividades que generaran absorciones fantasmas o con nula utilidad climática. Es decir, proyectos de absorción donde no existe adicionalidad, y por lo tanto, no se logra una reducción neta de las emisiones y/o se certifican absorciones inexistentes.

Las novedades del reglamento europeo

La mayoría de estos aspectos son tratados en el nuevo Reglamento (UE) 2024/3012 del Parlamento Europeo. No obstante, existen muchas incertidumbres sobre distintos aspectos que deberán irse solventando en próximas fechas. A pesar de ello, esta nueva normativa tiene aspectos novedosos al incluir por primera vez a nivel europeo las capturas producidas en ecosistemas marinos y costeros, responsables de más del 50 % del enterramiento de carbono a nivel global. Algo que, replicado recientemente a nivel nacional a través del Real Decreto 214/2025, ya fue abordado de un modo pionero por la Junta de Andalucía hace algo más de dos años, con la publicación del Estándar andaluz de carbono para la certificación de créditos de carbono azul. Esta iniciativa ha permitido poner en marcha el primer proyecto de absorción de carbono azul en Europa certificado por una administración pública.

Sin perder de vista un objetivo: la sostenibilidad

El reglamento europeo incluye, además, una salvaguarda para evitar el ecoposturero y fomenta la obtención de beneficios secundarios en la ejecución de este tipo de actividades en relación con los objetivos de sostenibilidad. Por ejemplo, se fomenta que los proyectos incrementen los beneficios directos e indirectos que recibe el ser humano de los ecosistemas (las funciones y servicios ecosistémicos), así como la obtención de mejoras tangibles en las comunidades locales donde se desarrolle el proyecto.

Tengamos en cuenta que el foco de atención está actualmente en el carbono, y debe utilizarse como paraguas para mejorar la gestión y conservación de nuestros ecosistemas, permitiendo una entrada de financiación privada para desarrollar conservación pública. Sin embargo, hay que evitar que se convierta en una herramienta vacía o especulativa porque, como ya decía el refrán, «no es carbono todo lo que reluce”.

 



Fuente/The Conversation
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COP15 Ramsar: Chile postula red de ecosistemas costeros de la Región de Atacama como humedales de importancia internacional

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La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas se encuentra participando de la 15° Conferencia de las partes de Ramsar, en Zimbabue, donde lidera una agenda que incluye la presentación de los avances de nuestro país en la protección de ecosistemas acuáticos y el trabajo realizado en el marco de la red de salares protegidos impulsada por el Gobierno del Presidente Gabriel Boric  


En el marco de su intervención en el plenario de la 15° Conferencia de las Partes Ramsar que se celebra en Victoria Falls, Zimbabue, la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, anunció este jueves la postulación de una red de 4 humedales costeros de la Región de Atacama para que sean reconocidos como humedales de importancia internacional (sitios Ramsar). 

Se trata de Desembocadura del Río Copiapó, el Humedal Costero Totoral, la Desembocadura Río Huasco y el Humedal Carrizal Bajo que en total suman al menos 127 hectáreas. Estos se ubican en una zona semiárida al sur del Desierto de Atacama, que destaca por estar dentro de las 25 zonas hot spots con mayor diversidad biológica del mundo por su gran gama de especies de flora y fauna y su alto endemismo.  

«Nuestro planeta enfrenta una triple crisis de cambio climático, de pérdida de biodiversidad y de contaminación que afecta a todos nuestros ecosistemas, entre ellos, a los humedales costeros, urbanos y turberas. Estos ecosistemas cumplen múltiples funciones como reservas estratégicas de carbono, barreras naturales ante inundaciones y fuentes de agua limpia para nuestras comunidades, pero se encuentran gravemente amenazados”, expresó la autoridad en el plenario de este evento internacional.   

La ministra explicó que “el reconocimiento de esta red de humedales como sitios Ramsar permitirá a nuestro país preservar estos frágiles ecosistemas a través de nuevas y eficaces herramientas que mantengan sus características ecológicas, promoviendo el cuidado de la biodiversidad biológica y las fuentes de agua, lo que es clave en la mitigación al cambio climático y el futuro de la humanidad”.  

En concreto, esta red de humedales costeros de la Región de Atacama propuesto por Chile “aportará a la ruta de aves migratorias, humedales, flora y fauna endémica de Atacama, especies en problemas de conservación, la recarga de aguas subterráneas, servicios ecosistémicos como turismo, y la conservación de valiosos sitios paleontológicos”, dijo la autoridad.  

La Seremi del Medio Ambiente de Atacama, Natalia Penroz, indicó que “esta es una muy buena noticia para la región, poder contar con un segundo Sitio Ramsar, reconociendo el valioso patrimonio natural que tenemos, los humedales costeros, donde en los últimos años hemos hecho un esfuerzo para poder dar algún grado de protección a todos ellos y este anuncio viene a respaldar y potenciar este trabajo”.

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COP15 Convención Ramsar  

La ministra Rojas también destacó el carácter diverso y representativo de la delegación chilena que participa en esta COP15, la que “refleja el compromiso de nuestro país con la protección de los humedales”. Esta incluye al senador Alfonso de Urresti, a la alcaldesa de Valdivia Carla Antmann, a representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio del Medio Ambiente, como también de la organización Comunidad Humedal, de la Fundación Kennedy, del Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral y del Centro de Desarrollo Sostenible de la Pontificia Universidad Católica de Chile.  

Cabe recordar que la Convención Ramsar es un acuerdo internacional de carácter multilateral que promueve la conservación y el uso racional de los humedales. Actualmente, se erige como el único tratado a nivel mundial que se centra en un “único ecosistema” y constituye una instancia en la que los países se comprometen a avanzar en ciertos objetivos generales como la designación de sitios para incluirlos en la Lista Ramsar de “humedales de importancia internacional”. Esto último coincide con el anuncio dado a conocer esta jornada por la ministra Rojas.   

Chile es parte de este instrumento internacional desde 1981 y hasta ahora tiene 16 sitios Ramsar designados a nivel nacional, que suman 363.927 ha.  

Fotos (créditos: Francisco Morey)



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Sistema frontal aliviará los menores niveles de los embalses para generación eléctrica acumulados a mayo

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El último estudio realizado por el Coordinador Eléctrico Nacional sobre la seguridad del abastecimiento para los próximos 12 meses, descartó riesgos para el suministro de energía en el país. Sin embargo, sólo tres de los nueve embalses destinados a generación se encuentran en niveles sobre el 50% de sus cotas mínimas.


El sistema frontal que está afectando a la zona central permitirá elevar no sólo la disponibilidad de agua, sino que también mejorar la capacidad de generación hidroeléctrica en el país. Y es que si bien los embalses destinados a la producción de energía hidráulica no enfrentan una situación crítica, ni tampoco existen riesgos para el suministro de energía de acuerdo a los modelos del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), lo cierto es que la cantidad de energía embalsada exhibe un descenso en comparación al registro de hace un año.

De esta forma, el nivel de la energía gestionable que consideran los embalses destinados a la generación eléctrica acumulaba un total de 1.130,1 GWh hasta este martes. A la misma fecha de 2024 ese valor alcanzaba los 1.372,8 GWh, lo que constituye un 18% menos entre un año y otro. Sin embargo, ello no implica que existan riesgos para el suministro de energía eléctrica, ya que según el último Estudio de Seguridad de Abastecimiento -un informe mensual que elabora el mismo Coordinador-, para el período entre mayo 2025 y abril 2026 no existen déficits de energía en el horizonte de proyección.

El informe, que modela ocho escenarios distintos -entre ellos condiciones hidrológicas desfavorables, indisponibilidades en unidades generadoras de mayor tamaño en ubicaciones relevantes y la indisponibilidad de un tramo del sistema de transmisión importante para el Sistema Eléctrico Nacional-, sostiene que “para las condiciones y escenarios considerados en el presente estudio, no se obtiene déficit de energía durante el horizonte analizado”.

Eso sí, el nivel de energía embalsada que se consideró para la confección de dicho informe era mayor al existente previo al sistema frontal. El documento detalla que sus supuestos se realizaron considerando los 1.616,6 GWh de energía acumulada en embalses al 22 de mayo. Ello reflejaba una diferencia negativa de sólo 2% frente a los 1.650,2 GWh registrados en 2024 a igual fecha.

Con todo, según las últimas estadísticas del Coordinador sobre las cotas de los embalses, sólo tres de los nueve destinados a generación se encuentran en niveles sobre el 50% de sus cotas mínimas.

En concreto, hasta las 08:OO horas de este miércoles, la situación de los embalses y sus centrales hidroeléctricas era la siguiente: Lago Chapo (Canutillar), se encuentra con un nivel del 48% respecto a su cota mínima; Embalse Rapel (Rapel), con el 1%; Laguna La Invernada (Cipreses), con 57%; Embalse Melado (Pehuenche), con 9%, Embalse Colbún (Colbún), con 41%; Laguna Laja (El Toro), con 41%; Embalse Ralco (Ralco), con 0%; Embalse Pangue (Pangue), con 62%, y Laguna del Maule, con 53%.

Todo lo anterior arroja que, previo a la llegada del sistema frontal, los embalses registraban un nivel de excedencia del 82%. Ello quiere decir que, del total de la estadística desde el año 1960 a la fecha, el 82% fue igual o más húmedo -o lluvioso- que lo registrado al presente año.

Gabriel Olmedo, coordinador de Riesgo de Evol Services, refrenda esto señalando que “durante el año hidrológico 2023-2024 tuvimos un repunte importante en los niveles de embalse por una mayor presencia del fenómeno del niño. Hoy esa situación ha cambiado”.

“Pese a que la energía embalsada este año no tiene muchas diferencias respecto al 2024, nos encontramos en un punto de inflexión de cara al segundo semestre de este año”, enfatiza.

En el análisis de Olmedo, el promedio de las precipitaciones anotó una disminución de un 32,16% en lo que va del año. Ello, detalla, repercute en los costos del SEN.

“La disponibilidad del recurso hídrico repercute principalmente en el costo del agua en los embalses que asigna el Coordinador Eléctrico Nacional en sus programas de operación del sistema eléctrico. Si es que la expectativa de un año seco aumenta, entonces el precio del agua también lo hará, y viceversa”, afirma.

No obstante, Olmedo remarca que si bien los costos marginales de la energía se encuentran más altos en comparación al año anterior, ello se debe “principalmente por razones operacionales relativas a los sistemas de transmisión”.

“Si bien febrero y marzo estuvieron marcados por una mayor generación térmica, el apagón del 25 de febrero llevó al Coordinador a imponer restricciones operacionales por motivos de seguridad que redujeron las inyecciones de fuentes renovables, lo que encareció la operación del sistema. Con todo, el costo marginal de la energía ha aumentado cerca de un 34% si uno mira los meses que han marcado mayores diferencias, como febrero, marzo y abril”, agrega.

Otro factor que incide, según el experto, es la evolución de precios de los combustibles, marcada por la volatilidad asociada a la guerra arancelaria entre China y Estados Unidos, especialmente en el gas natural.


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