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Calentamiento Global
El Gobierno Chileno está contemplando objetivos ambiciosos de reducción del CO2 para la cumbre internacional sobre el clima en París. Este plan se asemeja a las políticas climáticas europeas y conlleva peligros similares en cuanto a costos, mientras que proporciona poco beneficio para el clima.
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El plan propone reducir las emisiones de CO2 hasta en un 45% por unidad del PIB, por debajo de los niveles de 2007 para el 2030. Para lograr este objetivo, el gobierno quiere enfocarse en la eficiencia energética y aumentar la proporción de energía solar y eólica en el mix energético. Este plan se asemeja a las políticas climáticas europeas y conlleva peligros similares en cuanto a costos, mientras que proporciona poco beneficio para el clima.
Las reducciones no vendrán de los paneles solares y del viento en el corto plazo. Después de cumbres climáticas interminables y de buenas intenciones, el mundo cada año gasta US$ 73 mil millones en subsidios para la energía solar y eólica; sin embargo, el mundo aún obtiene sólo un 0,4% de su energía a partir de estas fuentes. Chile obtiene sólo el 0,12% de su energía a partir del viento, y una ínfima fracción proviene de la energía solar fotovoltaica.
La Agencia Internacional de Energía ha emitido su primer pronóstico para el 2040. Aun suponiendo que todos los gobiernos cumplan con todas sus promesas verdes, en 25 años el sol y el viento suministrarán sólo el 2,2% de la energía mundial.
El problema de fondo es que la energía verde actual es demasiado cara. Esto es cierto en Chile así como en el resto del mundo. Alemania ha sacrificado más de US$ 130 mil millones en paneles solares que postergarán el calentamiento global al final del siglo en apenas 37 horas. Eso no está ayudando al mundo. Y es poco probable que sea emulado por China, India y otros países mucho más importantes. China ahora obtiene sólo 0,31% de su energía a partir de la energía solar y eólica, y en el escenario extremadamente optimista de la AIE, obtendrá 2,6% en 2040. India obtendrá sólo el 2% en 2040.
Afortunadamente hay una alternativa mucho mejor. Tenemos que aumentar tremendamente los fondos para I+D (investigación + desarrollo) de la energía verde. Si transformamos el precio de la energía verde por debajo de los combustibles fósiles, todo el mundo va a adoptarla, incluso China e India.
Los análisis económicos sugieren que esta política va a generar 11 dólares de beneficio climático por cada dólar gastado. Compare eso con la política climática de la UE: un promedio de modelos macroeconómicos indica que el costo es de US$ 260 mil millones al año, mientras que sólo previene perjuicios climáticos por alrededor de US$ 8 mil millones al año. Eso genera sólo tres centavos de beneficio por cada dólar gastado.
En lugar de contar con que el mundo repentinamente elegirá seguir una política que se contrapone directamente a los intereses económicos de todos, la cumbre del clima de París debería centrarse en aumentar drásticamente el financiamiento de la I+D verde para desarrollar generaciones futuras de energía verde más barata. Si modificamos el precio de la energía verde reduciéndolo por debajo del precio de los combustibles fósiles, finalmente estaremos comenzando a abordar el calentamiento global. Esta es la solución por la cual el gobierno chileno debería ejercer presión en la ONU.
Fuente:LaTercera www.chiledesarrollosustentable.cl