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Las iniciativas chilenas para paliar el déficit de abejas para polinizar

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Si bien hay un catastro oficial, ya se está sintiendo la menor disponibilidad del insecto – Entre las investigaciones patentadas, se cuentan la domesticación de moscas y abejorros para realizar esta tarea propia de las abejas, cuya mortandad se ha transformado en una preocupación mundial.

El mayor uso de pesticidas en cultivos, factores climáticos y sanitarios y la sobreexplotación de la tarea de polinización, están provocando la mortandad de las abejas a nivel mundial. Un tema no menor, si se tiene en cuenta que son clave para la operación de la industria agroalimentaria.

Gracias a las abejas, por ejemplo, se forman las semillas y aumenta el calibre de la fruta. En Chile, participan en el origen y crecimiento de, al menos, nueve, de las 13 principales frutas que exporta el país, como uva, manzanas, kiwis o arándanos, mientras que en el mundo, son responsables de 71, de las 100 especies de cultivos que aportan el 90% de la alimentación mundial.

En países como Gran Bretaña, Japón, Canadá o Estados Unidos, se ha reportado una disminución de su población en torno al 25%, “lo que hace prever un eminente riesgo en la producción de alimentos”, explica Patricia Estay, investigadora y encargada del laboratorio de Entomología del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) La Platina.

De allí, que la Universidad de Harvard, por ejemplo, presentara hace pocos meses un prototipo de abeja robot, que, además de tener autonomía para polinizar cultivos, sirve para explorar y vigilar.

Si bien en Chile no hay un catastro oficial de la mortandad de las abejas, el presidente de la Federación de Cooperativas Agro-apícolas (Fedemiel), Patricio Madariaga, señala que lo habitual era una tasa del 10% de las colmenas en Chile, “este año estamos en el rango del 40%”.

Nuestro país no se ha quedado inmóvil frente al problema. En 1998, el INIA, inició los primeros estudios para domesticar al abejorro nativo o moscardón para polinización. Con apoyo del Conicyt, lograron mejorar su rendimiento y calidad del fruto en arándanos, paltos o cerezos. De hecho, la metodología de producción en laboratorio obtuvo este año el patentamiento a nivel local.

La intención, indica Estay, “es obtener un royalty a través del licenciamiento”. Si bien, este insecto no es tan productivo como las abejas (cuya colmena cuenta con 40.000 individuos y el abejorro sólo 200 obreras), es una alternativa que despierta el interés internacional. De hecho, comenta que recibieron la solicitud de cooperación científica de la Universidad Ágrícola y Forestal Fujian, de China, para domesticar al abejorro en el país asiático para uso masivo en el agro.

Por otro lado, la empresa chilena Muxidotecnia logró, tras casi diez años de investigación, domesticar moscas. Partieron utilizando larvas para desactivar desechos orgánicos y derivaron al área de insectos polinizadores. Patentaron el proceso y hoy se enfocan sobre todo en la industria semillera. “Al producirlas en espacios herméticos, no tienen contacto con polen, lo que evita la contaminación cruzada. Las moscas son más dóciles para su manejo, no pican ni son agresivas”, explica Alvaro Zapata, director de Nuevos Negocios de la firma, que factura poco más de US$1 millón al año.

En otro ámbito, el Fondo de Innovación Agraria (FIA) está implementando un banco de espermios de zánganos, a través de crioconservación, para producir abejas reinas en cualquier momento del año. Juan Carlos Galaz, ejecutivo de Innovación de la entidad, explica que, además de guardar castas genéticas, se está ampliando el período para inseminarlas artificialmente. “En la medida que haya disponibilidad de abejas reinas, se podrán desarrollar nuevos núcleos de abejas y aumentar las colmenas para polinización”, dice.

Centros de investigación

El poco conocimiento del manejo apícola, la baja productividad y la falta de especialistas, son las grandes debilidades en Chile, han gatillado la necesidad de crear nuevos programas y dos centros de investigación. 
A fines de diciembre se inaugurará el primer Centro de Transferencia Apícola, “que entre sus metas está convertirse en la Secretaría Técnica de la Polinización en Chile, abarcando temas de fisiología de la polinización, técnicas y uso de insectos polinizadores”, señala la experta en abejas, Patricia Estay, quien añade que se requiere centralizar el conocimiento. “Hay muchos esfuerzos disgregados, con mucho aporte en transferencia, pero falta aportar recursos para generar investigación propia que ayude a problemas locales de la apicultura y producción agrícola”, apunta.

Coincide Paulina Cáceres, gerente del Consorcio Apícola, entidad que está trabajando con Fedemiel, Fedefruta y el centro alemán Fraunhofer Chile Research, para crear un Centro para la Polinización, y hacer transferencia tecnológica, estudios, formar capital humano avanzado y nuevos productos a partir de miel. “No podemos seguir haciendo proyectos aislados, tiene que ser tema país. Somos líderes en arándanos y no hay expertos en polinización en esa fruta, no puede ser”, señala. 
Otro desafío, es la profesionalización de la apicultura local. Fedemiel y el Consejo de Producción Limpia (CPL) firmaron un acuerdo para mejorar el manejo de 200 mil de las 250 mil colmenas que existen en Chile. “Se promueve una disminución del uso de plaguicidas y mejores prácticas, lo que redunda en que las abejas tengan un ambiente más propicio para la polinización y mejores condiciones para que las colonias prosperen”, expresa Jorge Alé, director ejecutivo del CPL.

Fuente:df.cl

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