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Medio Ambiente

REGRESA LA CONTAMINACIÓN: EXPERTOS ESPERAN ALTO AUMENTO EN NIVELES DE ESMOG PARA SANTIAGO Y ALZA EN CONSUMO DE LEÑA

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La crisis sanitaria puso en segundo plano la contaminación del aire. Pero con un considerable aumento del parque automotriz producto de la pandemia, la presencia de la sequía, y el uso de la leña como calefacción, advierten que los periodos críticos podrían ser más extensos. 


Hasta 2019 las preemergencias ambientales y los niveles altos de contaminación atmosférica, eran frecuentes. Ese año, entre los meses mayo-agosto, hubo 446 horas de episodios críticos. La cifra, entregada en el balance 2019 de la Gestión de Episodios Críticos en la Región Metropolitana, fue menor a las 503 del año 2018, y las 915 horas del año 2015, pero de todos modos preocupante.

Esa regularidad en episodios de contaminación cambiaron drásticamente en 2020. El confinamiento y la baja circulación vehicular que obligó la vida en pandemia produjo el denominado “efecto cuarentena”, con cifras atípicas para Santiago y otras ciudades del país. Ese año en el invierno la capital registró la mejor calidad del aire durante los últimos 30 años.

En 2020 y debido a las cuarentenas, hubo una considerable disminución de los niveles de contaminación en Santiago. “Esto se puede asociar a la disminución de circulación vehicular, pero también a la disminución de otras actividades, como la actividad industrial, la construcción, etc.”, dice Patricio Pérez, académico del Departamento de Física Universidad de Santiago.

En pandemia la norma fue restringir las salidas. “Mucha gente cambió su trabajo presencial por trabajo a distancia, muchas empresas cerraron, lugares de comercio estaban restringidos, restaurantes cerrados, aforos reducidos, concentración de horarios, estudiantes superiores en sus casas y muchos de enseñanza media y básica en modo regulado, explica Luis Carrasco académico de la Escuela de Prevención de Riesgos y Medio Ambiente de la Universidad Tecnológica Metropolitana, sobre un fenómeno que significó menos gente en las calles, y en menos automóviles, menos atochamiento, menos empresas contaminantes, y altas temperaturas incluso en invierno lo que evitó el uso de chimeneas.

La evolución de la pandemia, con menores cifras de contagios y mayor libertades, sin embargo, han dejado esas cifras como una anécdota. “Ya en 2021 los niveles de contaminación volvieron a subir a cifras similares a las del 2019″, apunta Pérez.

Este año ya en abril en Santiago se aprecian cielos muchos más grises. Y los meses de invierno que se estiman con muchas menos lluvias, anticipan un escenario complejo.

La regularidad en episodios de contaminación cambiaron drásticamente en 2020.

La urgencia de la crisis sanitaria dejó de algún modo de lado la urgencia de la contaminación ambiental. Para el experto en Calidad del Aire y doctor en Ingeniería Ambiental de la Universidad de Santiago, Ernesto Gramsch, se trata de un fenómeno que no se está tomando con la relevancia que debería, “creo que todavía no se le está dando la importancia debida, probablemente porque todavía no llegamos al período de episodios críticos que es entre mayo y julio”.

Vehículos y uso de leña

Un efecto evidente de la pandemia en las calles es el mayor número de autos en circulación. En 2021 se comercializaron 415.581 unidades de autos nuevos en el país, un 60,6% más que en 2020. Fue el segundo año con más altas ventas de autos, luego de las 417.038 unidades de 2018. Más del 70% de los hogares en Chile tiene un auto, indica un estudio Cadem.

Carrasco explica que la contaminación en Santiago mayoritariamente se distribuye en un 30% por automóviles, congestión y mala mantención de los autos. Un 30% más por empresas contaminantes que están la Santiago, y otro 30% por el uso de chimeneas, mayoritariamente en el sector alto.

Además, con los retiros de dineros previsionales en los últimos dos años, para muchos implicó la posibilidad de comprar automóviles. Eso, indica Carrasco, alentó a que subieran las compras de automóviles y camionetas. “Incluso se presentó un déficit de stock de autos nuevos. También subieron los precios y aumentaron compras de vehículos usados, no solo para transporte, sino también para temas comerciales”, dice sobre una situación que derivó en más autos en las calles y en un problema con más congestión y más embotellamientos que genera contaminación.

¿Afectará los nieves de la contaminación atmosférica? “Más autos con 10 años de antigüedad significa más contaminación. La condición climática de 10 años de sequía y un nuevo año seco en una olla geográfica puede ser compleja e insostenible”, subraya Carrasco.

Waldo Quiroz, académico del Instituto de Química de la Universidad Católica de Valparaíso, explica que las principales fuentes de contaminación del aire en ciudades es el tráfico vehicular y la quema de leña. “En Santiago la quema de leña está prohibida y el tráfico vehicular tiene restricciones ante emergencia y pre-emergencias. Este tema siempre ha tenido relevancia a nivel nacional, por algo la calidad del aire en Santiago ha mejorado a pesar del incremento de vehículos”.

Pérez añade que si bien el actual parque vehicular es bien grande, tiene tecnologías mayoritariamente limpias. En ese sentido, la contaminación se puede atribuir no solo a los vehículos sino también a las fluctuaciones de la meteorología y al uso de leña en la calefacción. “Para este año, para evitar que la contaminación alcance niveles elevados hay que poner énfasis en la fiscalización de que se cumpla la prohibición del uso de leña, las emisiones de los vehículos más viejos y de las emisiones industriales”.

“Va a ser más alta que los dos últimos años y probablemente va a ser similar al año previo a la pandemia. También depende de la cantidad de gente que use leña para calefacción, cocina, etc.”, apunta Gramsch. Y ese uso de leña para calefacción aumentar. “Como hay muchos inmigrantes en la zona baja de Santiago (Estación Central, Pudahuel, Renca, Quilicura, Cerro Navia, Lo Prado), puede que haya un aumento en el uso de leña para distintos fines”.

“El uso de combustibles fósiles versus el uso de la leña como elemento más barato y popular también nos pone en una encrucijada. Un sistema de transporte aglomerado, que en sus horas punta no existe ni 30 centímetros de distancia entre pasajero y pasajero, invita a usar los automóviles”, plantea Carrasco.

Para Quiroz es poco probable que la contaminación sea peor que otros años. Lo que será peor, dice, podrían ser las restricciones. “En las épocas donde la dispersión de la contaminación atmosférica es más mala, como en invierno, es de esperar que las emergencias sean mas frecuentes y las restricciones vehiculares, actividades deportivas y a la industria sean mucho más extensas”, señala de un escenario que podría considerar períodos con restricciones de automóviles de varios dígitos, industrias cerradas por varios días, suspensión de actividades deportivas y escolares más extensas que antes, algo que ya ha pasado en años particularmente críticos.

Tiempos de sequía

La contaminación atmosférica se presentará en un escenario complejo además por la sequía. Al haber menos precipitaciones no ocurre la limpieza típica del aire que se ve después de una lluvia. Sin embargo, dice Gramsch, el efecto de la lluvia es muy acotado: “El efecto real es que al haber menos precipitaciones y temperaturas levemente más altas, hay más dispersión de los contaminantes y vamos a ver concentraciones menores a los años con más lluvia”.

Las precipitaciones siempre han sido una vía natural de limpieza de la atmósfera. Con menores precipitaciones, los gases y partículas atmosféricas tendrán un mayor tiempo de residencia, indica Quiroz. “Es de esperar que esta contaminación entonces tenga efectos negativos, pero en mayores períodos anuales. Premergencias o emergencias que duraban antes un par de días podrían extenderse más tiempo”.

¿Qué medidas se deberían implementar? Para Gramsch la más relevante es mejorar el transporte público (metro y micros) de manera que haya menor uso de vehículos particulares, “cerca de un 40% de la contaminación por material particulado proviene de los vehículos”. Otra medida sería mejorar la fiscalización sobre el uso de leña (estufas, cocinas, quemas abiertas, etc.) en las comunas del sector bajo de Santiago.

La solución, dice Carrasco no es aumentar o agrandar calles, “la solución es incentivar que la gente baje del autos, un compromiso personal de la gente a bajarse del auto y a contaminar menos”. Para ello se pueden considerar cosas como, entregar más puntos al trabajador que es contratado que llega caminando o en bicicleta al trabajo, que la calefacción limpia sea más barata para evitar el uso de leña y de combustible fósil, dice sobre algo que requiere un trabajo de educación sustentable en los colegios “desde la etapa de pre básica, básica, media y luego superior en el trabajo y en las juntas de vecinos”.

“Yo creo que se hace urgente, no solo a nivel nacional, sino que, a escala mundial, acelerar la adopción de los automóviles eléctricos, de forma de acelerar la transición tecnológica”, señala Quiroz.

Llevar los impuestos de este tipo de automóviles al mínimo posible o algún otro beneficio a la larga, se podría transformar dice Quiroz en un ahorro para la sociedad. “La pérdida de salud y de vidas por este tipo de contaminación, la pérdida de eficiencia laboral por las restricciones, son externalidades negativas que finalmente las termina pagando el estado con sistemas de salud saturados”.

La contaminación del aire ya está presente y puede empeorar. Se requiere entonces, indica Carrasco un compromiso para modificarla: “La no contaminación es un esfuerzo y compromiso colectivo, y rechazar el modelo de consumo y de bienestar a costa de la contaminación desatada”.


Fuente/Qué Pasa
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Desarrollo Sostenible

DESALINIZACIÓN, UNA SOLUCIÓN VITAL PARA LA SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL Y EL DESARROLLO GLOBAL

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La desalinización, proceso mediante el cual se convierte el agua de mar en agua dulce apta para el consumo humano y agrícola, emerge como una respuesta crucial a los desafíos hídricos que enfrenta nuestro planeta.


En un mundo donde el acceso al agua dulce se ha convertido en una preocupación creciente, la desalinización emerge como una solución prometedora para satisfacer la creciente demanda de agua potable. Con aproximadamente el 71% de la superficie terrestre cubierta por agua, pero solo el 2.5% de esta siendo agua dulce, la desalinización ofrece una oportunidad crucial para aprovechar el vasto recurso de agua salada que es el océano.

Antecedentes y Tecnologías Actuales:

El proceso de desalinización ha existido durante décadas, pero ha experimentado avances significativos en las últimas décadas, lo que lo hace más eficiente y económico. Las tecnologías principales incluyen la ósmosis inversa, donde el agua se fuerza a través de una membrana semipermeable para eliminar las sales y otros contaminantes, y la destilación térmica, donde el agua se evapora y luego se condensa para eliminar las sales.

Importancia de la Desalinización:

La importancia de la desalinización radica en su capacidad para proporcionar un suministro de agua seguro y confiable en regiones afectadas por la escasez hídrica. Regiones áridas y semiáridas, como el Medio Oriente, Australia y partes de California, han recurrido cada vez más a la desalinización para abordar su déficit de agua dulce. Además, la desalinización puede proporcionar una fuente alternativa de agua en áreas propensas a la contaminación del agua subterránea, como en islas pequeñas y regiones costeras altamente urbanizadas.

Sostenibilidad de la Desalinización:

Si bien la desalinización ofrece una solución a la escasez de agua, no está exenta de impactos ambientales. Los procesos de desalinización consumen grandes cantidades de energía y pueden generar residuos salinos concentrados que deben ser gestionados adecuadamente para evitar impactos negativos en los ecosistemas marinos. Sin embargo, avances en tecnología y prácticas sostenibles están ayudando a mitigar estos impactos. Por ejemplo, la implementación de energía renovable, como la solar y la eólica, puede reducir la huella de carbono de los sistemas de desalinización, mientras que la reutilización de los residuos salinos puede tener aplicaciones industriales y agrícolas.

Proyecciones y Beneficios:

Las proyecciones indican un aumento significativo en la demanda de agua dulce en las próximas décadas, lo que convierte a la desalinización en una solución cada vez más necesaria. Sus beneficios se extienden más allá de la seguridad hídrica, impactando positivamente en múltiples aspectos:

  1. Medio Ambiente: La desalinización reduce la presión sobre fuentes de agua dulce limitadas, como ríos y acuíferos, preservando así los ecosistemas acuáticos y terrestres asociados.
  2. Desarrollo Sostenible: Al proporcionar acceso a agua potable, la desalinización impulsa el desarrollo socioeconómico de comunidades que de otra manera se verían limitadas por la escasez de recursos hídricos.
  3. Cambio Climático: La desalinización puede mitigar los efectos del cambio climático al proporcionar una fuente alternativa de agua que no depende de factores climáticos impredecibles, como la lluvia.
  4. Planeta: Al reducir la extracción de agua de fuentes naturales y aliviar la presión sobre ecosistemas frágiles, la desalinización contribuye a la conservación del medio ambiente a escala global.

En conclusión, la desalinización representa una herramienta invaluable en la búsqueda de una gestión más eficiente y sostenible del agua en todo el mundo. Si bien enfrenta desafíos tecnológicos, ambientales y económicos, su potencial para proporcionar un suministro seguro y confiable de agua potable la convierte en una pieza fundamental en la lucha contra la escasez de agua. Es esencial continuar invirtiendo en investigación y desarrollo para hacer que la desalinización sea aún más eficiente, económica y respetuosa con el medio ambiente, asegurando así un acceso equitativo al agua potable para las generaciones presentes y futuras.


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Desarrollo Sostenible

FUNDACIÓN REFORESTEMOS PLANTA LA PRIMERA PRODUCCIÓN DE ÁRBOLES DE SU VIVERO EN LA REGIÓN

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El Vivero Reforestemos, el más innovador de la Patagonia, destinado únicamente a la producción de árboles nativos, cuenta con tecnologías de vanguardia que permiten producir plantas aptas para llevar a proyectos de restauración en terreno en un tiempo reducido.


Tras ocho meses desde la inauguración oficial del tecnológico Vivero Reforestemos, en la comuna de Coyhaique, se llevó a cabo un hito en la restauración del ecosistema de la región: la primera plantación de árboles nativos producidos en este vivero, que contienen el mismo material genético de la zona. Esta iniciativa es el fruto de la colaboración entre el mundo público y privado, donde Fundación Reforestemos lidera el proyecto y cuenta con la colaboración de distintos socios estratégicos, como la Ilustre Municipalidad de Coyhaique.

Equipado con tecnología de vanguardia, el Vivero Reforestemos es una iniciativa única de producción de plantas nativas destinadas a la restauración de la zona austral que responde al déficit de producción de plantas en la Patagonia, una realidad alarmante que pone en riesgo la valiosa y exclusiva biodiversidad del pulmón verde de la región. La ceremonia, contó con la presencia de la Directora ejecutiva de Fundación Reforestemos, Suzanne Wylie, el Alcalde de Coyhaique, Carlos Gatica.

En este importante hito, también participaron cerca de 40 alumnos del Liceo Bicentenario de La Patagonia y un grupo de estudiantes de la carrera técnico agropecuario de la Universidad Austral, quienes realizaron un recorrido educativo junto al Director Forestal de Fundación Reforestemos de zona Patagonia, Matías Río, para conocer los procesos, tecnologías y especies presentes en el vivero. En esta instancia, se firmó un convenio de colaboración con el Director del Liceo Bicentenario de La Patagonia, Fabián Saavedra, con el objetivo de promover la educación ambiental a través de prácticas estudiantiles y otras iniciativas educativas.

Además, en este contexto, se firmó un convenio de colaboración con el Instituto Forestal de Aysén (INFOR), con el propósito de generar protocolos óptimos de viverización que permitan mejorar la producción de plantas a través de investigación conjunta.

La jornada culminó con la plantación simbólica de 10 árboles nativos en el propio vivero, para posteriormente trasladarse a la Reserva Nacional Coyhaique, donde los participantes plantaron 500 árboles nativos adicionales, dejando un legado para las futuras generaciones y reafirmando el compromiso con la educación ambiental y la responsabilidad ecológica.

“Con este hito no solo cerramos por primera vez un ciclo completo de vida de estos árboles nativos, sino que también demostramos, una vez más, el gran impacto que tiene la unión entre el mundo público y privado para la conservación y enriquecimiento de nuestros ecosistemas. Con más de 12 años de dedicación a la restauración de la Patagonia, mantenemos con toda la fuerza nuestro compromiso en la región. Sin duda, esta iniciativa representa un paso crucial para la restauración de los suelos, la investigación y la educación ambiental en la zona austral,” afirmó Suzanne Wylie, Directora de Reforestemos.

Este proyecto público privado ha sido desarrollado con la contribución de socios estratégicos como la Ilustre Municipalidad de Coyhaique, CONAF Aysén, INFOR Aysén, la Facultad de Ciencias Forestales y de Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, el Liceo Bicentenario de la Patagonia y el Departamento de Ciencias Naturales y Tecnología de la Universidad de Aysén.

Un proyecto innovador

El Vivero Reforestemos se posiciona como el vivero forestal más tecnológico e innovador de la región. Sus tres invernaderos cuentan con sistemas automatizados para controlar las variables climáticas claves, como temperatura, humedad y radiación, permitiendo un ambiente óptimo para el crecimiento de las plantas.

La gestión independiente de cada nave posibilita la creación de entornos específicos según las necesidades de cada especie, lo que genera plantas más robustas y de mayor calidad. Este control preciso de las condiciones ambientales acorta el tiempo necesario para aclimatar las plantas, permitiendo que estén listas para el terreno en un plazo de entre 4 y 5 meses, en comparación a los 12 meses que requiere este proceso en la región.

Además, el vivero emplea la viverización por semillas, una técnica poco común en la Patagonia pero que asegura la homogeneidad de las plantas y proporciona un seguimiento completo del ciclo de vida de cada una.

Actualmente, el vivero alberga cerca de 85 mil plantas en proceso de aclimatación, que incluyen especies emblemáticas como Lenga, Coihue, Ñirre y Ciruelillo. Con planes de producción continua, se espera que en enero de 2025 se inicie una segunda fase de producción.


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LA IA Y LOS ROBOTS NO TRIPULADOS NUEVOS ALIADOS PARA LA PROTECCIÓN Y CONSERVACIÓN DE LOS FONDOS MARINOS

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Protección y conservación de los fondos marinos: Los océanos tienen un papel relevante en la vida: están vinculados a la biodiversidad, al clima  y el bienestar humano. Con la crisis climática, absorben un tercio de las emisiones de CO₂ de antropogénicas y producen la mitad del oxígeno que respiramos. Son el “pulmón” del planeta.


Desde su superficie, naturalistas como Charles Darwin exploraron la vida en la Tierra y con la llegada de los primeros submarinos, los científicos pudieron ver por primera vez el fondo marino de cerca. En la actualidad, proyectos que combinan diferentes tecnologías, como la inteligencia artificial y robots no tripulados, permiten en tiempo real y casi de forma automática identificar especies, alertar de lo que pasa a grandes profundidades o capturar y analizar la basura que vertemos al mar.

“Las observaciones biológicas deben mejorar radicalmente para contribuir a nuestra comprensión de los ecosistemas marinos y una biodiversidad bajo múltiples factores de estrés y cambios globales a largo plazo”, dice Jaume Piera, del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC).

Piera forma parte del proyecto ANERIS, una iniciativa europea que quiere poner en marcha una red de Biología Marina Operacional, «mediciones rutinarias sistemáticas y a largo plazo de la vida oceánica y costera, y su rápida interpretación y difusión». Rastrean desde bacterias a grandes cetáceos.

Para ello cuentan con diferentes tecnologías, como los robots sumergibles CytoSubs, que recogen imágenes que analizan microorganismos y partículas en el agua, como el fitoplancton; o la aplicación MINKA, en la que cualquier ciudadano puede aportar sus imágenes. “De momento se ha hecho una prueba piloto en la costa catalana en la que ya se han reportado más de 174.000 observaciones de más de 2800 especies diferentes”, explica el científico del ICM-CSIC.

Este trabajo es especialmente relevante para detectar especies difíciles de observar o para la aparición de invasoras en sus primeros estados de asentamiento. “Su detección temprana nos permite generar alarmas para activar planes de erradicación”, apunta el experto. La idea es que ANERIS recoja macrodatos para la toma de decisiones en políticas oceánicas, en particular dentro de la Directiva marco sobre estrategia marina.

Cámaras en tiempo real sobre arrecifes y fauna

Para que esta y otras iniciativas puedan ser posibles, se instalan plataformas permanentes para proveer de alimentación a los instrumentos científicos. Una de ellas es OBSEA, a 4 km de la costa de Vilanova y la Geltrú, que integra sensores y vídeo cámaras que almacenan información, además de instrumentos como sismómetros, un hidrófono o una boya a 40 metros del observatorio con cámara de videovigilancia y estación meteorológica con GPS.

Este observatorio se complementa con los datos recogidos por vehículos de los proyectos con los que colabora. “Además de desplegar dos equipos de última generación con ANERIS —de los que hay muy pocos instalados en todo el mundo—, también somos una plataforma de pruebas para el proyecto BITER y PLOME, en el que están implicados el CSIC, las universidades de Girona, Baleares, Politécnica de Madrid y la empresa Iqua Robotics”, declara Joaquín Del Rio Fernandez, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña y director de OBSEA.

La plataforma aplica técnicas de IA para analizar fotos y vídeos de macrofauna, principalmente peces. Asimismo, cuenta con tres cámaras en directo en las que se pueden visualizar los arrecifes artificiales de Seaslag, un proyecto de creación de nuevos materiales para estructuras de regeneración marina.

“Hay muy pocos observatorios submarinos como el nuestro en Europa. En España solo existe la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN), pero orientada a la generación de energía marina”, apunta Del Río Fernández.

Robots no tripulados de última generación

Por su parte, la Universidad de Girona lleva 25 años trabajando en robots no tripulados. Son la institución que lidera PLOME, una plataforma que monitorea y mapea con inteligencia artificial y tecnología puntera los ecosistemas marinos.

“Somos un laboratorio de referencia a escala nacional e internacional. En este proyecto desarrollamos nuevas técnicas de navegación para que los vehículos trabajen en conjunción con estaciones fijas del fondo marino”, señala Marc Carreras Pérez, profesor en la universidad catalana.

Se trata de lograr robots no tripulados que colaboren con la estación, puedan quedar aparcados para cargar baterías y permanecer durante semanas sumergidos. “Estos experimentos se realizarán durante este verano de 2024”, detalla Carreras Pérez.

Jacopo Aguzzi, investigador principal de PLOME, añade: “Estamos trabajando con un equipo científico multidisciplinar, desde biólogos pesqueros hasta ingenieros y programadores software. Somos coordinadores de DIGI4ECO, una iniciativa para digitalizar los ecosistemas, y de REDRESS, una red de plataformas robóticas cooperativas para restaurar de forma remota ecosistemas marinos y monitorizarlos”, continúa.

Las imágenes por videocámara les permiten hacer un cómputo de los individuos por diferentes especies de manera automatizada por IA y, al añadir láseres y sistemas de visión basados en el sonido (métodos optoacústicos), determinan el tamaño de cada animal.

“Podemos ver la biomasa de las diferentes especies e informar sobre la riqueza de un ecosistema. Las imágenes nos dejan también ver sus interacciones y comportamientos, para saber más sobre la estructura de la red trófica marina”, enfatiza Aguzzi.

Evaluación de los residuos que acaban en el mar

Otro de los grandes retos para los expertos en bilogía marina y nuevas tecnologías, es la de la gestión de residuos que se acumulan en el mar. En Canarias, en el Banco de La Concepción, una montaña submarina situada a 75 kilómetros al norte de la isla de Lanzarote, científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) instalaron un vehículo remolcado teledirigido para realizar grabaciones de la basura acumulada entre 2009 y 2017.

En total grabaron 56 transectos (archivos fílmicos del ecosistema) y sus resultados, que acaba de publicar la revista Enviromental Pollution, recogen que más del 80 % de los residuos localizados por el robot no tripulado eran plásticos, principalmente sedales, restos de cabos, liñas o palangres.

“En áreas como las de este estudio, la morfología del monte, que se enfrenta de manera abrupta a la corriente dominante, hace un efecto isla que produce una mayor acumulación de basura en las zonas de sombra o remanso”, expone Pablo Martín-Sosa, del IEO.

De la basura encontrada, tan solo el 5 % dañaba a algún individuo de coral o esponja. Esta área es un Lugar de Importancia Comunitaria y Zona Especial de Protección de las Aves, donde es común encontrar arrecifes de corales de aguas frías, gorgonias formando verdaderos bosques o colonias de esponjas de gran tamaño. Además, es el hábitat del delfín mular y de desarrollo de los juveniles de tortuga boba.

Nunca sabremos qué libros o cartas hubiera escrito Darwin si hubiera tenido acceso a estas tecnologías submarinas, pero sí podemos asegurar que los nuevos sistemas de comunicación y procesamiento de datos van a revolucionar el conocimiento y conservación del mundo sumergido.


Fuente/ Ecoticias
Chile Desarrollo Sustentable

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