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Restricción y tarificación vial no convencen para descomprimir Santiago

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Expertos afirman que los sistemas que limitan la circulación no son la respuesta más efectiva a la hora de combatir la elevada tasa de congestión de la ciudad.

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Más de 1,4 millones de vehículos circulan por la Región Metropolitana, lo que refleja en gran parte el poder adquisitivo de los chilenos en la última década y que repercute claramente en la congestión y el desarrollo urbano de la capital. Más aún si consideramos que gran parte de ellos se traslada desde las comunas más periféricas o bien, desde fuera de la provincia de Santiago.

De hecho, según cifras del INE, en 2015 las comunas con más vehículos motorizados en la RM fueron Puente Alto (119.682), Maipú (111.340) y Peñalolén, con 109.481 unidades (ver gráfico).

Para hacer frente a esta situación, el Ministerio de Transportes está impulsando dos proyectos: la restricción con pase diario y la tarificación vial. Ambas iniciativas nacieron desde la Comisión Pro Movilidad Urbana impulsada por la Presidenta Bachelet.

Sin embargo, las dos alternativas aún están en estudio y varios actores relacionados al transporte y planificación urbana la miran con algo de escepticismo.

Tarificación vial

La tarificación vial consiste en fijar una tarifa para que los automovilistas puedan ingresar a lugares congestionados, la que se establece durante un período determinado, el que varía de acuerdo a las condiciones del tráfico, y cuyo fin es desincentivar el uso de vehículos motorizados particulares. “Es más eficiente, ya que focaliza un impuesto en aquellos sectores y horarios más congestionados. Sin embargo, tiene el problema de ser menos equitativa e incluso regresiva”, afirma Louis de Grange, académico e investigador de la UDP.

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Las críticas a este sistema se centran en que se agudizarán las diferencias entre quienes pueden pagar y quienes dejarán sus vehículos en casa para evitar el cobro, beneficiando a los primeros y obligando a los segundos a utilizar un sistema de transporte público aún al debe. “Mejora la calidad del servicio a los que pagan y empeora a los que obliga a dejar el auto en casa”, afirma De Grange, mientras que Rodrigo Troncoso, investigador de Libertad y Desarrollo (LyD), dice: “Va a ser un impuesto más, la gente va a usar su auto igual”.

El ministerio se defiende y junto con las medidas anunciadas para combatir la congestión, también afirma que se están considerando medidas para complementar el sistema, como es el caso del mejoramiento del transporte público y una nueva política de estacionamientos.

Por otro lado, la restricción vehicular permanente con pase diario a vehículos con convertidor catalítico es otra de las medidas anunciadas, pero ha sido rechazada por los expertos al considerar que el sistema sólo funciona en el corto plazo y que no se sostiene en el tiempo.

“La restricción vehicular reduce la congestión en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazo la aumenta. Esto se debe a que las familias tienden a comprar un segundo o tercer auto, más viejo y contaminante, que aumenta la tasa de motorización”, sostiene el académico de la UDP. Los expertos consideran que para hacer frente a esta situación hay que ir al problema de fondo, que es la mejora del sistema de transporte público, específicamente Transantiago y Metro.

El investigador de LyD por su parte, sostiene que “el problema de fondo que se está evitando es la infraestructura, que comprende la ampliación de la red de Metro, autopistas y corredores de buses, pero es mucho más fácil reducir la congestión prohibiendo usar el auto que construyendo más”.

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Desde la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) advierten que ambas iniciativas son medidas extremas que “se tienen que utilizar si es que todas las otras no funcionan”, afirma su gerente de Estudios, Javier Hurtado.

Desde el mundo inmobiliario, Enrique Joglar, gerente de Desarrollo de Inmobiliaria INDESA, asevera que las medidas podrían afectar al sector, puesto que “un proyecto ubicado en una zona regulada a través de tarificación vial o zonas de exclusión, va a ser más difícil de vender”.

Pero la discusión acerca de la tarificación vial o restricción vehicular también podría abrir nuevos temas, como por ejemplo, la incorporación de alternativas más sustentables, como los autos eléctricos o bien otras modalidades para desincentivar el uso de vehículos.

Al respecto, Andrea Veiga, gerente de Marketing de BMWi, estima que Chile podría adoptar algunas de las medidas implementadas en el exterior, “tales como descuento o no pago del permiso de circulación, permiso para circular por vías exclusivas, estacionamientos públicos gratuitos, descuento o no pago de peajes”.

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Fuente:Pulso 
www.chiledesarrollosustentable.cl

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