VSPT Wine Group ha sido reconocido con el Amorim Special Award en los Drinks Business Green Awards 2025, la principal competencia de sostenibilidad en la industria mundial del vino. Con esta nueva distinción, VSPT suma ya ocho reconocimientos en estos premios, destacando más de 15 años de avance constante hacia una industria más sostenible, resiliente y regenerativo.

VSPT recibió el Amorim Special Award por su liderazgo en viticultura regenerativa, protección de la biodiversidad e importantes inversiones y avances en energía limpia—iniciativas en las que Juan Cury Cuneo, Gerente agrícola y de abastecimiento, ha desempeñado un rol fundamental, trabajando estrechamente con el Departamento de Sostenibilidad liderado por Carolina Gotuzzo.

La hoja de ruta de sostenibilidad de VSPT, presentada por primera vez en 2008, ha evolucionado hacia una estrategia integral que considera la utilización de energías renovables, la protección de la biodiversidad, la circularidad y el valor compartido en el corazón de su modelo de negocio.

En 2024, la compañía alcanzó una reducción del 47% en la intensidad de su huella de carbono (Alcances 1, 2 y 3), superando su meta 2030 cinco años antes de lo previsto. VSPT también abasteció el 100% de la electricidad para sus instalaciones industriales a partir de fuentes renovables, una proporción significativa autogenerada mediante plantas solares y su pionera planta de biogás en Molina.

En materia de biodiversidad, VSPT ha restaurado 44 hectáreas en su Fundo Tarapacá, con otras 85 hectáreas en proceso de regeneración natural. Como parte de estos esfuerzos, la empresa ha plantado más de 18.700 especies nativas, creando corredores biológicos que fomentan el desarrollo de la flora y fauna local.

VSPT también está impulsando cambios en la agricultura y en las comunidades locales a través de iniciativas como la viticultura regenerativa, la reducción del uso de agroquímicos y la irrigación inteligente. Sus programas de innovación social incluyen la Escuela Agrícola, el Programa de Desarrollo de Proveedores (PDP) y el premiado proyecto Tayu, desarrollado en colaboración con comunidades Mapuche.

Estos logros, sustentados en una visión de largo plazo y en un impacto medible, posicionan a VSPT entre los líderes de sostenibilidad más influyentes de América Latina, y como la primera empresa de la región en obtener el estatus Gold Member en International Wineries for Climate Action (IWCA) durante tres años consecutivos.

Domeyko Solar contempla 83 MW de potencia y 660 MWh de almacenamiento con baterías BESS, aportando energía limpia y estable bajo un contrato PPA de largo plazo.

IM2 Energía, empresa chilena especializada en el desarrollo de proyectos solares, anunció un acuerdo estratégico con el holding internacional Verano Energy para la construcción de su primer proyecto utility scale en Chile: Domeyko Solar.

Ubicado en la Región de Atacama, el proyecto considera una potencia instalada de 83 MWp y un sistema de almacenamiento de 660 MWh, con una inversión estimada de US$230 millones. Su entrada en operación comercial está prevista para el último trimestre de 2026.

“La construcción de Domeyko Solar es un hito para IM2 Energía, ya que se trata de nuestra primera planta fotovoltaica a gran escala, lo que representa un paso clave en nuestra estrategia de diversificación, incorporando sistemas BESS, contratos PPA y desarrollos utility scale que nos permitan responder a las necesidades del mercado energético chileno”, señaló Pablo Maestri, CEO de IM2 Energía.

Con esta iniciativa, IM2 Energía, que ya suma más de 200 MW construidos en Chile, reafirma su compromiso con la transición energética del país.

La compañía se distingue por su enfoque flexible y diverso, que abarca desde soluciones de autoconsumo solar comercial e industrial hasta proyectos fotovoltaicos de gran escala, combinando distintas tecnologías y modelos de negocio para ofrecer energía limpia, eficiente y adaptada a las necesidades de cada cliente.

Dr. Lorenzo Reyes Bozo Decano Facultad de Ingeniería y Negocios Universidad de Las Américas

Desde el Acuerdo de París en 2015, las Cumbres Climáticas (COP) han creado una arquitectura climática global con normas, mercados de carbono y un fondo de pérdidas y daños ante desastres climáticos extremos, pero su efectividad real sigue siendo limitada para asegurar la meta de limitar el calentamiento global a 1,5°C.

La COP30 ratificó este patrón de ambición declarada versus implementación insuficiente tras el Balance Global. Entre los logros, se cuenta el acuerdo político para triplicar la ayuda para la adaptación y el lanzamiento del Fondo de Nueva Generación para la Protección de Bosques. El financiamiento sigue siendo una promesa con desembolso incierto. La cifra de $125.000 millones para el fondo forestal es una meta a largo plazo, no una garantía inmediata.

El punto más débil y crítico para la mitigación es el manejo de los combustibles fósiles. La COP30 evitó establecer un mandato vinculante, sectorial y con una agenda definida para la eliminación progresiva de petróleo, gas y carbón. La resistencia de los grandes emisores impidió detener la expansión de nuevos proyectos fósiles, un imperativo científico. Con ello, la COP30 solo aborda soluciones paliativas para la adaptación y deforestación.

La ciencia es clara: sin una reducción drástica e inmediata de las emisiones de GEI provenientes de la quema de fósiles, la trayectoria hacia un calentamiento peligroso se mantiene. La COP30 fue un paso lateral en la emergencia climática.

Ahora, el peso recae en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) revisadas que los países presentarán, demostrando si esta cumbre fue el preludio de una acción real o simplemente un hito más en la inercia del statu quo. Hoy el desafío es pasar de las promesas a la acción, con el sentido de urgencia y liderazgo requerido.